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En el año 1919 Manuel Gómez Moreno, con su obra fundamental sobre las iglesias mozárabes, definía un nuevo estilo artístico, el mozárabe, que venía a incorporarse tardíamente a la sistematización de las manifestaciones artísticas hispánicas anteriores al románico , y en el caso del mozárabe sin parangón en el arte europeo occidental. Al igual que había sucedido en el siglo XIX con la formulación del término mudéjar, iba a surgir la discusión acerca de la corrección del concepto «arte mozárabe», ya que se denomina mozárabes
a los cristianos que en la península hispánica vivieron en la época medieval bajo dominio político musulmán, siendo así que la mayoría de las iglesias llamadas mozárabes fueron construidas no en la España musulmana, sino en la cristiana, fuera del dominio musulmán, con un núcleo principal en la región leonesa, donde no siempre son monjes mozárabes emigrados del sur, sino también cristianos del norte, los constructores.
José Camón Aznar , ya desde 1949, en el Congreso Internacional de Historia del Arte de Lisboa, minimizó el aporte musulmán de estas iglesias, subrayando el trasfondo nórdico asturiano, y propuso rebautizar al arte mozárabe como «arte de la repoblación». De esta manera, la cuestión terminológica ha quedado enrarecida, utilizándose en la actualidad indistintamente ambos términos e incluso unidos (así Joaquín Yarza en 1979 habla de mozárabes y repoblación
).
Desde luego no parece necesario ni conveniente cambiar las denominaciones de los estilos artísticos, por muy impropias que sean (y en la mayoría de los casos lo son); mayor clarificación aporta definir las coordenadas cronológicas y estilísticas que, en el caso del arte mozárabe, revelan un fenómeno artístico hispánico, con su momento de esplendor en torno al siglo X, y con fuerte influencia del arte califal cordobés, presentando notables variantes regionales.
Esta aparente digresión general resultaba obligada para situar la controvertida polémica sobre el arte mozárabe en Aragón. En efecto, en 1919 Manuel Gómez Moreno, en la famosa monografía mencionada, por lo que se refiere a la arquitectura de Aragón únicamente incluía la parte mozárabe del monasterio de San Juan de la Peña
, aspecto éste sobre el que nadie discute. La polémica se inicia en 1968, cuando Antonio Durán Gudiol
planteaba en el Congreso de Historia de Oporto el mozarabismo de las iglesias del valle del Gállego, también llamadas iglesias mozárabes del Serrablo
.
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