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Dentro del clima de grandes reformas educativas durante el primer bienio de la II República , los maestros del partido Zaragoza-Sos convocaron para fines de 1932 unas Jornadas que, por su eco y trascendencia en todo Aragón, bien podemos calificar de auténtico Congreso Pedagógico regional, el más interesante celebrado -aparte el de 1908, de tipo nacional- en nuestra tierra. Tuvieron lugar del 18 al 23-XII-1932 y su ámbito de convocatoria se refería a todo el distrito universitario de Zaragoza.
La acogida fue entusiasta, pues el número de jornadistas, maestros y maestras de las seis provincias, fue de 1.122. Realzaba la convocatoria el haberse concedido la presidencia de honor a Manuel Bartolomé Cossío, el viejo amigo de Costa y figura eminente de la Institución Libre de Enseñanza , al ministro de Instrucción Pública a la sazón, Marcelino Domingo, y a Basilio Paraíso Labad. También presiden diversos actos el rector de la Universidad, Paulino Savirón
-quien insiste en la necesidad de vincular las tareas docentes de los diversos niveles- y el diputado y gran cosmógrafo zaragozano Honorato de Castro
, a la sazón director general de Estadística. Por el Magisterio es presidente el de la Asociación, Barberán, y actúa eficazmente como secretario de las Jornadas, Antonio Vera Soria.
Además de diversos actos culturales, visitas artísticas y científicas, conferencias de divulgación, sesiones de cine y teatro, etc., el núcleo de las Jornadas lo ocupan las charlas pedagógicas, de gran interés: orientaciones para la enseñanza de la Historia en la escuela (R. Francés); orientación profesional (F. Olmo Barrios); el histerismo en la escuela (María Soriano); la base fisiológica de la pedagogía (Santiago Pi Suñer); el dibujo en la escuela (Luis Sánchez Surto, Elisa López de Velasco); la inspección sanitaria escolar (Sánchez Guisande ); la escuela unitaria (J. Cruz Lapazarán
) y la graduada (V. Hueso); la Historia de España a través del arte (J. Camón Aznar
); la delincuencia infantil (I. Jiménez
Vicente); la moral laica en la escuela (V. Hueso).
La altura de estas intervenciones y la atención e interés de los asistentes hacen de las Jornadas un hito insustituible en nuestra historia pedagógica. Se añadió un certamen pedagógico-literario en el que se concedieron quince premios a trabajos de contenido fundamentalmente práctico-pedagógico. El director general de Enseñanza Primaria, Rodolfo Llopis, que asiste a la clausura, celebra la calidad y frecuencia de estos actos en toda España, así como el gran momento de renovación material y moral de la escuela española.
Es preciso destacar que, junto a los citados, una pléyade de maestras y maestros, fundamentalmente zaragozanos, animó las Jornadas y siguió trabajando después en la aplicación de sus principios. Citemos a los más destacados: los decanos del magisterio de la capital, Guillermo Fatás y Concepción Canals, Ricardo Mancho, Pedro Gómez, Eulogia Lafuente, Ana Mayayo, A. Capdevila, Marcos Frechín, Jorge Sánchez Candial.
• Bibliog.: Crónica de las Jornadas Pedagógicas; Zaragoza, 1933. Fernández Clemente, E.: «Las Jornadas Pedagógicas de 1932»; Al rebullón, 3, Zaragoza, 1980. pp. 5-7.
Una década traumática que iba a marcar una profunda fractura en la sociedad aragonesa del siglo XX.
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Inscrita en el Registro Mercantil de Zaragoza, en inscripción 1ª, Tomo 2563,
Seccion 8, Hoja Z-27296, Folio 130. CIF: B-50849983