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El sistema político de la Restauración fue definido por Joaquín Costa
como «oligarquía y caciquismo», y es coherente con el esquema de una sociedad subdesarrollada. Así pues, podríamos definir brevemente este sistema caciquil por sus características más notorias: a) existencia de dos partidos, oligárquicos y de notables, que se turnan en el poder, y aplican sendas intervenciones directas desde el gobierno controlando el proceso electoral mediante el procedimiento del encasillado; b) utilización de toda una serie de usos de presión sobre el electorado: pucherazos, compra de votos...; c) una serie de normas legales electorales en las que el sistema encontraba igualmente su apoyo: distritos uninominales de fácil control, delimitación de distritos (uso del gerrymandering), instauración, en la ley de 1907, del famoso articulo 29...; d) la consecuencia lógica de este sistema, la desmovilización del electorado, el abstencionismo. Las fuerzas políticas de oposición al régimen se verán, por su parte, impotentes para renovarlo, produciéndose finalmente la ruptura en 1931
.
Hasta 1890 funciona el sufragio censitario. Así, los votantes aragoneses en este período vienen a suponer entre un 5 y un 6% de los habitantes de las tres provincias. El sistema bipartidista que se consolida en 1885 mediante el llamado Pacto de El Pardo, va a funcionar sin grandes problemas durante el último cuarto de siglo. El reinado de Alfonso XIII vendrá ya marcado por las crisis internas de los partidos monárquicos y el ascenso de las fuerzas políticas y sindicales de oposición al régimen.
En las provincias aragonesas, hasta finales de siglo se produce una situación similar. Primeramente, hasta 1890, el sistema reproduce dócilmente la alternancia entre conservadores y liberales en los distintos distritos. A partir de esta fecha comienza a extenderse un tipo de cacicato distinto, cacicato estable, independiente de quién esté en el poder. El fenómeno del cacicato estable se consolida en Aragón durante las diez legislaturas del reinado de Alfonso XIII (1903-1923). En este sentido, es preciso destacar los siguientes distritos electorales aragoneses con un fuerte índice de estabilidad de su representante (la cifra entre paréntesis indica el número de veces que salen elegidos en el mismo distrito durante el período 1903-1923):
Barbastro: A. Aura Boronat, liberal . (9)
Huesca: M. Moya , indep. (8)
Sariñena: J. Alvarado , lib. (10)
Albarracín: Fdo. Ruano, lib. (6)
Alcañiz: R. Andrade, conservador . (9)
Montalbán: C. Castel , cons. (10)
Mora: los Sánchez de Toca (6)
Belchite: L. Romeo , lib. (6)
Caspe: A. Ossorio , c. maurista
. (8)
Zaragoza-Borja: Castellano , cons. (9)
Son, en general, éstos los distritos donde se produce una mayor carencia de competitividad, tal como refleja el cuadro siguiente:
CARENCIA DE COMPETITIVIDAD
DISTRITOS/PROVINCIAS ARAGÓN
(1891-1923)
Número elecciones con el art. 29 o en que sólo un candidato obtiene más del 5% del electorado.
Once: Sariñena
Diez: Jaca
Nueve: Huesca, Mora de Rubielos, Belchite
Ocho: Montalbán, Caspe, Ejea
Siete: Albarracín, Barbastro
Seis: Benabarre, Fraga, Alcañiz, Valderrobres, Daroca
Cinco: Boltaña, Teruel, Almunia, Calatayud
Cuatro: Tarazona
Así, podemos destacar en Aragón (exceptuando la capital), en contraste con otras zonas del país, un índice de carencia de competitividad algo elevado, especialmente en el Alto Aragón y en la provincia turolense. El arraigo del cacicato estable y la notable carencia de competitividad hace, pues, que las oscilaciones, el turnismo entre dos legislaturas no sea tan fuerte como para el conjunto del país. Los partidos turnantes, liberales y conservadores, se reparten el espacio política electoral de las tres provincias. Los liberales son hegemónicos en el Alto Aragón, con Manuel Camo , proveniente del castelarismo
, como jefe político provincial; en las provincias de Zaragoza y Teruel son minoritarios a pesar de la incidencia de Moret en la política zaragozana. En estas dos provincias los conservadores cuentan con potentes redes: en Zaragoza, Tomás Castellano, así como un posterior e influyente maurismo representado por G. Maura y A. Ossorio; en Teruel, conservadores «estables» como Castell y Andrade. La circunscripción de la capital, Zaragoza-Borja al ser plurinominal (elige tres diputados) y existir un mayor control ciudadano, es quizá la única que posibilita una mayor competitividad entre los distintos grupos políticos: junto a los partidos turnantes, inciden con una notable presencia las fuerzas políticas de oposición al régimen (republicanismo, socialismo, catolicismo social, sindicalismo).
La época de la Restauración desde el Desastre del 98 a la II República.
La burguesía toma el poder en los vaivenes políticos de una época en la que se inicia la industrialización y la lenta transformación agraria.
El personaje que más influencia ha tenido en el pensamiento y la política del siglo XX.
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