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(Hist. Med.) Son los centros religiosos, generalmente monasterios , elegidos por reyes, príncipes e infantes, en sus testamentos o disposiciones, como lugares de sepultura.
Los reyes de las sucesivas casas reinantes en Aragón yacen, fundamentalmente, en dos importantes cenobios: el benedictino de San Juan de la Peña , en Aragón, y el cisterciense de Santa María de Poblet, en Cataluña. En el primero se encuentran los restos de algunos monarcas navarros que reinaron en Aragón, de los primeros condes aragoneses y de los tres reyes iniciales de la dinastía ramirense, Ramiro I
y sus hijos Sancho Ramírez
y Pedro I
junto con sus esposas. En Poblet está enterrada la mayoría de los reyes de la Corona de Aragón
.
Dentro del territorio aragonés hay otros monasterios que son panteón real, San Pedro el Viejo de Huesca, en cuya capilla de San Bartolomé, antigua sala capitular, están los sepulcros de Ramiro II y Alfonso I
, procedente este último de la abadía de Montearagón
. El monasterio de Santa María de Sigena
, cuya fundación es debida a la acción de doña Sancha
, esposa del rey Alfonso II
de Aragón, y sirvió de lugar de entierro de la propia reina, y la de sus hijos, la infanta doña Dulce y el rey Pedro II
, último monarca enterrado en Aragón. Por último, hay que citar al monasterio de San Victorián de Asán
guardó los restos de don Gonzalo
, rey de Sobrarbe y Ribagorza, si bien no puede considerarse como panteón real.
En San Juan de la Peña, los reyes de Aragón fueron sepultados en tumbas de piedra colocadas en tres órdenes superpuestos, desde la roca hacia afuera, presentando a la vista sólo los pies del féretro. El panteón real ocupa las dependencias de la antigua sacristía de la iglesia alta, que data del siglo XI; fue reformado por Carlos III en 1770, siguiendo las indicaciones de don José Nicolás de Azara y del conde de Aranda
, quien quiso ser enterrado en el atrio. La reforma sólo afectó a la decoración, quedando los sepulcros en el mismo lugar; se levantó delante de ellos una pared en la que se colocaron láminas de bronce con las inscripciones correspondientes, se distribuyó por la sala profusión de estucos y mármoles, colocando en la pared frontera unos medallones con relieves que representan escenas de legendarias batallas. En San Juan está también el denominado panteón de nobles, que consiste en una serie de enterramientos dispuestos en doble hilera de nichos y decorados con arquivoltas de tacos y figurillas en las enjutas.
El monasterio de Santa María de Poblet es el panteón de la Casa Real aragonesa desde que Alfonso II lo eligiese como tal, ejemplo que siguieron sus sucesores, si bien dos de ellos yacen en Santes Creus. Pedro IV
ordenó a sus súbditos que no accediesen a la jura de un nuevo rey si no les constaba expresamente su voluntad de ser enterrado en Poblet; además, decidió dignificar el lugar, haciendo construir magníficos sepulcros de piedra para sus antecesores y descendientes, que se colocaron, tres en cada lado, sobre dos arcos escarzanos bajo los laterales del crucero. Más tarde se añadieron los sarcófagos de los sucesivos reyes e infantes, estos últimos repartidos por las capillas y muros del templo. Posteriormente se dispuso que se cerrasen estos espacios de paso con grandes escudos y bajorrelieves de alabastro, colocando en el centro una puerta de bronce. De todas estas obras quedan dibujos y grabados del siglo XVIII, pero en el saqueo que sufrió el monasterio durante la primera mitad del siguiente siglo, fueron violadas las sepulturas y confundidos los restos de los distintos monarcas, que fueron trasladados a la catedral de Tarragona, donde sólo se dio especial cabida a don Jaime I
. Ya en el siglo XX, y tras la reanudación de la vida monástica, fueron devueltos a su lugar de procedencia. En Poblet yacen también muchos nobles catalanes.
Hay en Aragón dos piezas excepcionales de arte funerario, aparte del románico panteón de nobles de San Juan; se trata del sarcófago romano (siglo III) de alabastro que cobija los restos de Ramiro II y del románico, en piedra, destinado a doña Sancha de Aragón, hija de Ramiro I y abadesa de Santa Cruz de la Serós
. El primero se encuentra en la iglesia de San Pedro el Viejo de Huesca, el segundo en el convento de las benedictinas de Jaca.
• Bibliog.:
Arco, R. del: Sepulcros de la Casa Real de Aragón; Madrid, 1945.
© DiCom Medios SL. C/ Hernán Cortés 37, 50005 Zaragoza
Inscrita en el Registro Mercantil de Zaragoza, en inscripción 1ª, Tomo 2563,
Seccion 8, Hoja Z-27296, Folio 130. CIF: B-50849983