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(Graus , 1951). Realizó en la capital los estudios de primera enseñanza en la escuela pública, cursando el bachillerato en el Colegio de Santa Ana y el preuniversitario en el Instituto Ramón y Cajal. Ya en la Universidad de Zaragoza
, dudó entre orientarse hacia la Filología clásica o hacia la Historia, eligiendo al fin esta última al decantarse por la especialidad de Prehistoria. A partir de tercer curso pasó a trabajar en el grupo de investigación que dirigía Ignacio Barandiarán, comenzando su Tesis de Licenciatura, la cual fue leída dos días después de terminar su carrera, en Junio de 1973, obteniendo Premio Extraordinario.
En el mismo año ganó una Beca March para estudiar en París en el Instituto de Paleontología Humana y posteriormente una Beca de Investigación en la Universidad de Zaragoza. Su formación como paleolitista se fraguó en el Centro de Paletnología Estratigráfica de Arudy, estudiando la tipología analítica con Georges Laplace y, más tarde, en el Instituto del Cuaternario de Burdeos, la tipología lítica experimental con François Bordes, gracias a una Beca del Gobierno francés. A los 24 años, en Enero de 1976, defendió su Tesis Doctoral sobre “El Magdaleniense Inferior y Medio en la Costa Cantábrica”, siendo calificada con Sobresaliente cum laude y publicada por el Ministerio de Cultura en las monografías del Centro de Investigación del Museo de Altamira.
Ejerció la docencia en la Universidad de Zaragoza, primero en el departamento de Historia Antigua y más tarde en el de Prehistoria, pasando por todos los puestos de la escala docente. A los 31 años ganó por oposición la Cátedra de Prehistoria de la Universidad de La Laguna y en 1986 la de Zaragoza, tras la jubilación de Antonio Beltrán.
Su actividad investigadora se resume en 8 libros, 150 artículos, 8 Tesis Doctorales dirigidas, 5 proyectos subvencionados por el Ministerio de Educación y Ciencia y 4 tramos de investigación concedidos. Sus líneas de investigación pasan por los siguientes momentos:
— una primera etapa juvenil en la que recorre todos los museos y cuevas de la Costa Cantábrica para conocer la entidad de una cultura mal definida como era el Magdaleniense Inferior, investigación que culmina en la lectura de su Tesis. Ello le permite entrar en contacto con investigadores americanos (Freeman, Straus) que trabajaban en la zona y conocer la visión “socioeconómica” anglosajona que matiza su formación tipologicista en la escuela francesa
— una segunda etapa en la que se plantea localizar el Paleolítico en el valle del Ebro
, época casi desconocida hasta entonces, ya que se creía en la existencia de un desierto cultural entre la costa cantábrica y la mediterránea. Los resultados obtenidos en sus excavaciones desmintieron esta teoría: la cultura del hombre de Neanderthal se documentó en la Rioja (cueva de Peña Miel en Cameros, yacimientos del valle del Najerilla con más de 200 bifaces), en Navarra (niveles inferiores de la cueva de Abauntz, en colaboración con C. Mazo) y en Aragón, donde la espectacular cueva de Gabasa
entregó los restos humanos más antiguos de nuestra Comunidad (una clavícula, un metacarpiano y varios dientes y falanges), datados entre el 39.900 y el 50.000. Lourdes Montes continua desde la Facultad de Huesca la investigación de esta etapa.
Por su parte el hombre moderno, llamado de Cromañón, dejó testimonios del auriñaciense en la riojana cueva de Peña Miel en torno al 37.000, del gravetiense en Ladruñán (Teruel) en el 25.000, del solutrense en la oscense cueva de Chaves
(19.000) y en la navarra de Abauntz y, en fin, del magdaleniense, en esta última cueva (con tres bloques de arte mueble grabado que constituyen unos de los más bellos ejemplos de la Península en el 11.000), en la de Chaves, al pie de Guara, en el abrigo de la Peña de las Forcas
de Graus (ambos en torno al 13.000) o en el valle del Henar
, en la ruta de acceso a la Meseta (abrigos de Cetina y Deza, datados entre el 15.000 y el 11.000). Los hallazgos de otros investigadores formados en su equipo completan el panorama magdaleniense, como los del abrigo Alonsé de Estadilla
(L. Montes) o la cueva del Gato en Epila
(J.M. Rodanés y F. Blasco).
— La etapa de la investigación sobre la transición del Epipaleolítico al Neolítico comenzó a raíz del inventario de cuevas y abrigos del valle del Matarraña
en Teruel del que se publicó una pequeña guía en las series de la D.G.A. Continuó con la excavación junto a Vicente Baldellou de la cueva del Moro de Olvena
(con dos libros publicados en la revista Bolskan
) y de la cueva de Chaves (yacimiento que acaba de entregar treinta cantos pintados), con Carlos Mazo en el abrigo de Forcas II en Graus, yacimiento que posee el neolítico más antiguo de Aragón, del 5000 a. C. y con J. M. Rodanés del abrigo de Los Baños de Ariño
, en el Bajo Aragón. En la actualidad está a cargo de la excavación del abrigo de Angel en Ladruñán, junto a los dos investigadores más jóvenes de su equipo, Rafel Domingo y Manuel Martínez. Sus síntesis más recientes sobre esta etapa se han publicado en las revistas Préhistoire européenne en Lieja (1998) o en la valenciana Saguntum (2002).
— Su última línea de investigación está referida a los santuarios de arte rupestre en relación con los yacimientos de habitación, intentando averiguar donde vivían los que pintaron los abrigos y cuando y por qué lo hicieron en ese lugar. Su docencia en la asignatura de Arte y Pensamiento en la Prehistoria le ha llevado a abrir esta línea que pretende continuar la labor emprendida en Aragón por Antonio Beltrán . La dirección de Tesis doctorales de arte rupestre
, como la muy documentada de M.ª José Calvo, o la de Manuel Martínez, todavía en curso, y la publicación de libros como “El arte rupestre en Aragón” en la colección CAI 100 se enmarcan en esta línea.
En el apartado institucional puede señalarse su nombramiento como miembro del Consejo Asesor de Investigación (CONAI) del Gobierno de Aragón en su etapa inicial (1985-1987), el haber pertenecido a la Comisión de Patrimonio Provincial de Zaragoza durante varias legislaturas (1984-1987 y 1991-1998), a la Comisión de Arqueología de la DGA y al Comité de Arte rupestre del Principado de Asturias.
Forma parte del Consejo Asesor de varias revistas de prestigio, como Trabajos de Prehistoria publicada por el CSIC en Madrid, la Revista de Prehistoria y Arqueología social de la Universidad de Cádiz, Brocar del instituto de Estudios Riojanos o las aragonesas Caesaraugusta , Bolskan y Salduie.
Sin embargo, considera su mayor orgullo el haber formado un equipo de investigadores que ocupan hoy puestos docentes en la Universidad española (J. M. Rodanés, L. Montes, C. Mazo, A. Bachiller), en la Segunda Enseñanza (G. Iturbe, A. Aranda) o en la Administración (I. Aguilera, A. Tilo, M. J. Calvo, N. Ramón, J. A. Benavente, J. Rey, J. Cabello). Otros han formado con éxito empresas de Arqueología (M. C. Sopena, J. Delgado, J. L. Cebolla) pero son los más jóvenes (F. Blasco, P. González, R. Domingo o M. Martínez) los que garantizan un prometedor futuro a la investigación prehistórica.
Descubre los primeros pasos del hombre por Aragón hasta las culturas anteriores a la escritura.
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