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Entre un núcleo urbano y una cierta extensión del territorio circundante se establecen múltiples lazos, que corresponden a las distintas formas de relación y tutela. Estos vínculos se superponen y combinan, y el conjunto representa el área de influencia, que se extiende hasta donde penetran las distintas formas de relación con la ciudad. El área de influencia (hinterland, Umland, urban field, etc.) se puede definir como el territorio organizado por una ciudad y que se halla vinculado socio-económicamente a ella. En el área de influencia juega un papel decisivo la distancia, de modo que la intensidad de los flujos de relación decae al alejarnos del núcleo urbano hacia la periferia del área.
Una metodología lógica para su delimitación exige la combinación de métodos inductivos, como la encuesta, con modelos gravitacionales (en el caso de regiones mesodesarrolladas como la aragonesa) en tres fases: una primera en la que se analicen los canales de relación entre la ciudad y la zona de influencia es decir, el alcance e intensidad de los medios de comunicación que terminaría en la cartografía de isocronas e isocostes de transporte, intensidad relativa de tráfico e intensidad de flujos telefónicos; la segunda fase debería abordar el estudio de las propias relaciones que se canalizan a través de los medios de comunicación de carácter social movimientos laborales diarios, migraciones definitivas del campo a la ciudad, desplazamientos centrífugos residenciales, relaciones de esparcimiento... y de carácter económico comercio, servicios financieros, administrativos, sanitarios, culturales...; la tercera fase sería de síntesis, definición y gradación del área.
En Aragón, Bielza de Ory ha aplicado buena parte de esta metodología para la delimitación del área de influencia de Calatayud
(1974). Parte este autor del estudio de los flujos de viajeros en transportes colectivos que se anudan en Calatayud. Determina a continuación el área de influencia mercantil mediante la fórmula gravitacional de Reilly (utilizando las licencias comerciales), y la contrasta a través de encuestas con las ventas de algunos productos especializados (productos farmacéuticos y vehículos). Después, de modo complementario, examina la zona de influencia cultural y sanitaria por medio de encuestas y datos estadísticos. Por otra parte investiga la atracción que ejerce Calatayud para los emigrantes de su entorno. Combinando todos los criterios objetivos analizados, y teniendo en cuenta la conciencia de tutela que tienen respecto de Calatayud los vecinos de los pueblos (obtenida de la encuesta directa), se llega a definir el área de influencia general.
Pero ya antes había habido intentos de parcelar todo Aragón a través de criterios parciales, concretamente utilizando la influencia mercantil. Una primera aportación al estudio de las áreas de influencia urbana fue la delimitación geográfica de los mercados de Aragón, realizada por el equipo del profesor Casas Torres en 1946. El tiempo transcurrido desde entonces invalida para el momento actual los resultados obtenidos.
En el Atlas Comercial de España de las Cámaras de Comercio (1963) se definieron 101 áreas comerciales . La mayor parte del territorio aragonés queda organizada comercialmente por los siguientes centros de área: Zaragoza
, Calatayud
, Teruel
, Huesca
, Jaca
y Barbastro
.
En 1969 la Comisión Provincial de Servicios Técnicos de Zaragoza, por encargo de la Presidencia del Gobierno, determinó los núcleos provinciales y los núcleos de atracción de la provincia, así como las zonas de influencia de los primeros y las áreas de atracción de los segundos. Cada zona de influencia se delimitaría como agrupación de varias áreas de atracción. Para la delimitación de unas y otras se tuvieron en cuenta las comarcas históricas, las divisiones administrativas, los movimientos de población, los transportes, el cuadro natural, los datos del catastro, la localización de los servicios públicos, agencias y sucursales bancarias, mayoristas comerciales, etc. Se eligieron los siguientes núcleos principales: Zaragoza, Calatayud, Caspe , Daroca
, Ejea
y Tarazona
. Como núcleos de atracción se propusieron: Sigüés
, Sos
, Uncastillo
, Sádaba
, Luna
, Tauste
, Gallur
, Alagón
, Épila
, La Almunia
, Cariñena
, Belchite
, Zuera
, Pina
, Sástago
, Borja
, Vera de Moncayo
, Illueca
, Ariza
, Ateca
y Used
.
El equipo de Economistas Asociados (ECAS), en el estudio socioeconómico de la provincia de Zaragoza, en 1974, delimitó las áreas de influencia de las cabeceras de comarca y núcleos de expansión incluidos en el III Plan de Desarrollo. El método consistió en elaborar los datos procedentes de una encuesta dirigida a todos los ayuntamientos de la provincia, en la que se preguntaba a qué municipios y por qué motivos iban sus habitantes (compras, atención sanitaria, asuntos oficiales, enseñanza, trabajos, acceso a medios de transporte, etc.). La encuesta fue completada con un mapa de isocronas. Se definieron de este modo diez zonas polarizadas en torno a Sos, Ejea, Tarazona-Borja, Zaragoza, La Almunia, Calatayud, Daroca, Cariñena, Belchite y Caspe, además de once áreas intermedias -«zonas-puente»-, de gravitación menos clara. En 1976, el mismo equipo delimitó mediante procedimientos análogos las áreas de la provincia de Huesca en torno a Jaca, Huesca, Sariñena , Boltaña
, Graus
, Tamarite
, Barbastro y Fraga
.
Más recientemente, entre 1994 y 1996 se llevó a cabo una serie de estudios tendentes a definir el mapa comarcal de la Comunidad Autónoma (ver comarcas ) donde se estudiaron las relaciones de dependencia entre distintos núcleos centralizadores y sus ámbitos de influencia. Para ello se tuvieron en cuenta, además de criterios geográficos, las relaciones comerciales, los desplazamientos por sanidad (ver sanidad, áreas) educación (mapa escolar), deportivas, etc. Junto a estos factores se analizaron la accesibilidad y los potenciales y dinamicidad de los núcleos centralizadores quedando definidas las futuras comarcas y, además, clasificando el territorio aragonés de acuerdo a una serie de criterios como: áreas en desarrollo y áreas deprimidas. En el cuadro y mapa adjuntos se refleja el resultado de tales estudios.
En la provincia de Huesca más del 62% de la población vive en las zonas definidas como áreas urbanas dinámicas, porcentaje que en Zaragoza se eleva hasta casi el 88%, mientras en Teruel no llega al 45%. En cuanto a las poblaciones consideradas como urbanas dinámicas en la provincia de Huesca representan el 17,8%, mientras que en Zaragoza este porcentaje es ligeramente inferior y muy escaso en Teruel. Lógicamente, la situación se invierte al comparar el porcentaje de población que vive en zonas consideradas como deprimidas, en este caso es la provincia de Teruel la que tiene un mayor porcentaje de municipios catalogados como de desarrollo estancado o deprimidos.
• Bibliog.:
Bielza de Ory, V.: El área de influencia de Calatayud; Institución Fernando el Católico, Zaragoza, 1974.
Casas Torres, J. y Cols.: «Los mercados de Aragón»; Estudios Geográficos, n.° 20, 1945.
Directrices Generales de Ordenación Territorial. D.G.A., 1997.
Un territorio desertizado y una sociedad envejecida constituyen el mayor problema de la comunidad.
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