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Tal como se le conoce hoy, de indudable factura medieval, se edificó en las proximidades de la margen izquierda del riachuelo Sosa —actualmente desaparecido— ocupando aproximadamente el mismo emplazamiento de un poblado ibérico asentado precisamente sobre el anticlinal de Tamarite, aprovechando la suave pendiente de unas montañas bajas que le arropaban del frío viento del norte. Ocupa un reducido cuenco natural —del que no salió para edificar más allá hasta las postrimerías del siglo XVII— cerrado casi totalmente por un cordón de pequeñas alturas, abiertas únicamente por el punto que enlaza con el llano.
Tamarite de Litera contaba en 1950 con una población de hecho de 4.446 hab. Los datos más recientes nos dan 4.236 hab. en 1981, 3.838 hab. en 1998 y 3.459 hab. en 2010.
La situación geográfica, a oriente de la prov. de Huesca, a 40° 30´ de longitud este del meridiano de Madrid y 41° 41´ de latitud norte.
Su posición relativa, prácticamente en el centro de la comarca literana , a 360 m. sobre el nivel del mar, señala justo el punto donde termina el terreno montañoso y empieza la llanura fértil que engloba la mayor parte de su término municipal de 110,90 km.2 de extensión, regados
más de la mitad.
Su asiento entre la Litera Alta y la Baja le hace partícipe de las características de ambas, aunando en su secular quehacer campesino, los cultivos pertenecientes a los dos tipos de terreno y reuniendo así gran parte de las particularidades de una comarca con bastante uniformidad ambiental, a pesar de la diversidad del campo, las diferencias dialectales y las peculiaridades humanas fruto de repoblamientos heterogéneos. En la segunda mitad del presente siglo, la industrialización y correlativa inmigración
han creado señaladas diferencias entre las concentraciones fabriles y las agrícolas, provocando una definición acusada entre unas y otras. Tamarite persevera preponderantemente aferrada al campo del que ha venido viviendo tradicionalmente. A Tamarite, la singular personalidad de la Litera —comarca que capitaliza históricamente— tierra eterna de frontera, le ha proporcionado una fisonomía peculiar, hondamente influenciada por la acumulación de rasgos consuetudinarios de sus habitantes con orígenes distintos, pero con una clara conciencia de su aragonesismo
oscense.
• Arqueol.: El término municipal de Tamarite de Litera encierra un conjunto arqueológico de primer orden. En el mismo se han encontrado restos que llevan el hábitat desde la Edad del Bronce Medio-Final hasta el mundo romano
. Destacamos los yacimientos de Santa Ana
, Matacabras
, El Romeral, El Regal de Pídola
, encuadrados en el Bronce Medio Final y la Edad del Hierro. La ermita de Santa Ana, El Camino de Algayón
, La Vispesa
, San Sebastián
, Torre del Perí
o de Clavería, Santa Bárbara, Peña de la Botella, conservan restos de poblamiento ibérico y romano. En el término municipal sin procedencia concreta hay noticias de que en el siglo XIX apareció un tesoro de denarios ibéricos. Por sus inmediaciones concretamente, en el término de Valbona, pasa la vía romana
entre Ilerda y Osca, habiéndose descubierto un miliario
de Claudio hoy conservado en el Instituto de Estudios Ilerdenses.
En definitiva, Tamarite conserva restos muy notables de su poblamiento antiguo, encuadrándose en una comarca habitada por la tribu prerromana de los Ilergetes
, que fueron romanizados y en la que se desarrolló la civilización romana de un modo considerable.
• Bibliog.:
Marco, F. y Baldellou, V.: «El monumento ibérico de Binéfar»; Pyrene, 12, pp. 91-115, Barcelona.
Domínguez, A., Magallón, A. y Casado, P.: Carta Arqueológica de España: Huesca; Zaragoza, 1984.
• Hist. Med.: Esta localidad fue una importante villa musulmana dentro del distrito de Lérida y en sus alrededores se dio la victoria de Rodrigo Díaz de Vivar
sobre el conde catalán Berenguer Ramón el Fratricida, en 1082. En 1104 fue sitiada por Pedro I
, pero sin éxito; y en 1107 era conquistada por Alfonso I
. Desde el año siguiente hasta 1117 sus tenentes
fueron Galindo y Fortún Juanes, pero a partir de esta fecha debió de perderse y volver a manos musulmanas. En 1143 aún permanecería en su poder, pues un documento de Ramón Berenguer IV
trata de la donación a Pedro de Estopiñán de los castillos de Tamarite y Zaidín
cuando fueran conquistados, hecho que se sitúa hacia 1149. Alfonso II
otorgaba en 1169 la carta de población
, concediendo a sus habitantes los fueros
de Zaragoza, los términos vecinos y la celebración de un mercado semanal los martes. Seis años más tarde confirmaba este documento y lo ampliaba. En diferentes ocasiones la villa fue incluida como dote para las esposas de los reyes de Aragón; así fue con Alfonso II, que la concedió a doña Sancha
; y con Jaime I
, que en 1221 la entregaba a doña Leonor
y en 1240, a doña Violante
. Jaime II
otorgó en 1318 las ordinaciones para la elección de oficios, completándolas cinco años más tarde. En 1337, Pedro IV
confirmaba los privilegios y los ampliaba, declarando infanzones
a sus habitantes y disponiendo que Tamarite fuera ciudad
. Este mismo rey la cedió, por lo menos, en tres ocasiones, así en 1356 la donaba al conde de Trastámara, en 1367, al infante don Fernando le cede el castillo junto con el de San Esteban de Litera
; y dos años más tarde pasa a la infanta doña María a cambio de Albarracín
. Por fin, en 1373 era incorporada a la Corona. En esta localidad se celebraron en diversas ocasiones Cortes
, como las generales de 1375 y posteriormente las de 1384, que habían comenzado en Monzón
. En 1398 fueron aprobadas unas nuevas ordinaciones por Martín I
. Durante el reinado de Juan II
esta localidad sufrió las consecuencias de su vecindad con Cataluña en los problemas entre Juan II y el Príncipe de Viana
.
• Hist. Mod.: Como cualquier pueblo de España, Tamarite pierde protagonismo con la unión de Aragón y Castilla y su historia se diluye en la general, aunque su régimen seguirá siendo objeto de ordenación real específica. Así, Carlos I establece en 1533 normas para la insaculación de oficios en la villa. Por su parte, ésta participa activamente en el reino con su milicia: en 1536 sirve al Rey con una compañía en las guerras de la frontera; en 1592, con 200 soldados en el valle de Tena contra los bearneses; con 200 más en 1610 que lucharán bajo el mando del marqués de Aytona
y, en años sucesivos, acudirá a numerosas levas. En 1338, el soberano confirma sus privilegios. En 1563, el Papa Pío IV, atendiendo las peticiones de Carlos I y Felipe II
, erige la parroquia de Santa María la Mayor en colegiata. En 1576 nace en la villa San Vicente de Paúl.
En la guerra de los catalanes contra Felipe IV
, Tamarite sirve a menudo de cuartel de la tropa realista. En 1642, el general francés Lamotte ataca la villa, que ofrece seria resistencia y, una vez asaltada y saqueada, ordena la muerte del vecindario sin respetar siquiera los refugiados en la iglesia e incendia el caserío dejándolo totalmente destruido. En los años sucesivos quedará casi deshabitado, aunque se reconstruye y repuebla antes de finalizar el siglo. En 1696, se autorizaban nuevas Ordinaciones para el gobierno de la villa.
En la guerra de Felipe V
contra el Archiduque de Austria
, Tamarite sufre grandes quebrantos a partir de 1705, no sólo los inherentes a la campaña, sino por la manutención de tropas, vituallas y bagajes. El último privilegio real otorgado a Tamarite es el firmado por Felipe V el 9-XI-1740, por el que retiene la potestad de insacular cargos municipales. En el tercio final del siglo XVIII, Tamarite pide a Carlos III
un canal aprovechando las aguas del Ésera
y la atención de la villa se centrará en el mismo, que mantendrá la inquietud —y también el desaliento— durante casi siglo y medio.
• Hist. Contemp.: La guerra de la Independencia afectó a Tamarite desde el primer momento, pues ya en el mismo 1808 sufrió una acción militar y muchos vecinos lo abandonaron para refugiarse en lugares supuestamente más seguros. Los franceses, con cuartel general en Binaced
, toman Tamarite el 1-IV-1809, y los tamaritanos se unen a las tropas españolas de Felipe Perena
y Juan Baget y recuperan la villa. En el año siguiente, las ocupaciones fluctúan y la inseguridad se acentúa por hallarse entre los centros estratégicos de Monzón
y Lérida; en una ocasión fue el propio paisanaje quien expulsó a los franceses. Los tesoros de la iglesia colegial habían sido trasladados a Lérida por considerarlos allí fuera de peligro y se perdieron todos cuando los invasores ocuparon esta ciudad. Entre 1808 y 1812, Tamarite soportó once ataques y cinco terribles saqueos franceses.
En 1823, el general realista don Santos Ladrón de Cegama atacó en las calles de la villa a una tropa liberal produciéndole bastantes bajas y en octubre del mismo año, los Cien Mil Hijos de San Luis, de paso para Lérida, vuelven a derrotar a los liberales
en las proximidades del pueblo. En 1830 se movilizan los voluntarios realistas tamaritanos para luchar contra incursiones de constitucionalistas venidos de Francia.
Durante las guerras carlistas , Tamarite se mantuvo del lado liberal, padeciendo el acoso de pequeñas partidas que lo atacaban y se llevaban como rehenes a los mayores propietarios para exigir rescate por ellos. En 1835, una expedición carlista bajo el mando de Guergué
, de paso para Cataluña, tropieza a la altura de Roda de Isábena
con una partida de voluntarios nacionales capitaneados por Pedro Carpi, a los que vence y hace retroceder y, en su repliegue, son sorprendidos por otra tropa carlista, la del Cura de Viacamp
, cerca de Laguarres
, derrotándolos y haciendo prisionero a su capitán, que murió en el cautiverio. Tres años después, frente a Tamarite es derrotado el Cura de Viacamp.
Por real orden de 9-IV-1838 se crea el Partido Judicial de Tamarite. En 1848, la cuadrilla carlista de Ramonet pone sitio a Tamarite sin lograr rendirlo y la última refriega del movimiento carlista en sus calles fue en enero de 1875, al ser atacada inopinadamente la guerrilla de Camats por una del gobierno dirigida por Francisco Cagigós, apoyada por la Guardia Civil, que le produjo numerosos muertos, heridos y prisioneros. A partir de esta fecha se vivió un periodo de paz de más de medio siglo.
El cantonalismo tuvo escaso eco entre los tamaritanos y el final de esta centuria se caracterizará por la expectativa y gestión para hacer realidad el canal de Tamarite
, inaugurado por Alfonso XIII
en 1906, instaurando con ello en la Litera el regadío que cambió la estructura socioeconómica de la villa y de la comarca.
• Ling.: La estructura dialectal del habla tamaritana es prácticamente la misma de los restantes pueblos de la
comarca literana (literano ), si se exceptúan los más occidentales, cercanos al río Cinca
. En conjunto mantiene gran semejanza con lo hablado en toda la franja aragonesa lindante con Cataluña, cuya técnica gramatical es idéntica y no se distinguen más que por vocablos privativos de cada uno y por pequeñas variantes en la flexión verbal.
Este dialecto es fuerte, claro, rotundo, bastante brusco, muy apto para hablar en voz alta al estilo campesino, con cierta cantilena o tonada aragonesa, poco perceptible algunas veces. Se habla vivamente, pero sin aceleraciones en las sílabas finales, más propias de Zaragoza.
Esquemáticamente, pueden anotarse como características cardinales:
1. La palatalización de la ll en tres aspectos: a) de forma casi absoluta como inicial (llimpio ´limpio´; llangosto ´langosta´); b) con alguna excepción como final (aquell ´aquel´; cartell ´cartel´), y c) con muchísimas excepciones como interior (esllomá ´deslomar´).
2. Aparición de ll, frente a las soluciones castellanas con j (espill ´espejo´, borralla ´borraja´).
3. Palatalización absoluta de la l tras b, c, f, p y g (bllane ´blanco´; cllau ´clavo´; fllo ´flor´; pllat ´plato´; arregllat ´arreglado´).
4. Abundante aparición de ch frente a g líquida en catalán e y en castellano (chendre, cat. gendre ´yerno´; achuntamén, cat. adjuntament ´ayuntamiento´).
5. La realización de la j es sorda, pronunciándose como ch (chove ´joven´; chusticia ´justicia´); o bien como en castellano, por influencia de éste.
6. No existen voces terminadas en d, que se transforma en t (pert ´pierde´).
7. Falta de diptongación en palabras paralelas a las castellanas que lo llevan (pedra ´piedra´; llebre ´liebre´) y, por el contrario, la diptongación de otras que no lo están en catalán (lleit, cat. llet ´leche´).
8. Mantenimiento de la b en los pretéritos imperfectos de indicativo, como sucede en los dialectos pirenaicos (teniba ´tenía´; esculliba ´escogía´).
9. La x se pronuncia como en castellano ante consonante (expresió ´expresión´) y como en catalán ante vocal (aixina ´así´).
10. Uso del perfecto perifrástico (va vindre ´vino´; van chugá ´jugaron´).
11. Constante utilización de partículas pronominales : a) ne o ´n, procedente del inde latino, con significación de «de ahí, de aquí, de allí» (ne ving ´vengo´; te´n pots aná ´te puedes ir´); b) ye o y, como paralelo al hi catalán y con igual significación de la anterior (vesye ´ve´; ye aniré ´iré´; tornay ´vuelve´). Obsérvese que se usan con verbos de movimiento; c) ne o ´n, con verbos que se refieren a una materia determinada, con significación de «de ello, de esto, de eso» (ne ting ´tengo de eso´; doname´n ´dame de eso´).
12. Finalmente deben advertirse los variados singularismos en los pronombres, en la utilización de las preposiciones de forma similar al castellano y la frecuentísima traslación del sentido literal de las palabras en frases típicas, incorporadas al lenguaje diario estereotipadamente.
• Bibliog.:
Mola de Vinacorba, Pedro: Libro de curiosidades para que en lo venturo sepan muchas cosas. Manuscrito en folio, inédito y recogido en la colección Traggia en la Real Academia de la Historia de Madrid.
Moner y de Siscar, Joaquín Manuel de: Historia de la villa-ciudad de Tamarite, Fonz, 1876.
Arco, Ricardo del: La iglesia parroquial de Tamarite de Litera, opúsculo que contiene la memoria publicada en 1922.
Larrea, Arcadio de: Estudio geográfico-histórico de Tamarite, Tamarite, 1925.
Cariello y Queraltó, Bernardo de: «Tamarite prehistórico», Boletín de la Sociedad Española de Excursiones, 1948.
Carpi y Cases, Joaquín de: El Tamarite de nuestros abuelos, Barcelona, 1976.
Carpi y Zaidín, Joaquín de y Joaquín de Carpi y Cases: El dialecto de Tamarite de Litera, Huesca, 1981.
Carpi y Cases, Joaquín de: La Litera aragonesa en frontera con Cataluña.
Id.: Historia de Tamarite de Litera.
© DiCom Medios SL. C/ Hernán Cortés 37, 50005 Zaragoza
Inscrita en el Registro Mercantil de Zaragoza, en inscripción 1ª, Tomo 2563,
Seccion 8, Hoja Z-27296, Folio 130. CIF: B-50849983