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Lugar de la prov. de Teruel, a 163 km. de la capital. Situado en la depresión del Ebro, próximo al río Martín, a 254 m. de alt. Temperatura media anual, 14,3°. Precipitación anual, 377 mm. Población: en 2010, 1.024 hab. (634 en La Puebla de Híjar y 390 en La Estación); en 1998, 1.117 hab.; en 1978, 1.617 hab.; en 1950, 2.651 hab.; en 1900, 1.934 hab. Comprende la entidad de población de La Estación .
• Encicl.: El núcleo urbano de La Puebla de Híjar se distribuyó entre el barrio de la Estación, de suyo muy populoso, y el centro de la villa. Es Muy Leal Villa, según reza en su escudo heráldico. En su término municipal existen restos de antiguos asentamientos ibéricos romanos, en las partidas del Paso de la Guardia, las Vasales, la Ferradura y el Campo del Palacio. La fundación de la población actual data del último tercio del siglo XIII y se debió a don Pedro Fernández de Híjar , primer titular de la baronía de este nombre.
La iglesia parroquial, dedicada a la Natividad de la Virgen, es de estilo renacentista y tiene planta catedralicia, por sus monumentales proporciones; fue levantada con la ayuda de los duques de Híjar, a cuyo señorío perteneció la Puebla. Como dato curioso, hay que anotar el nacimiento en este mismo lugar de doña María Casamayor, madre del popular héroe de la guerra de la Independencia, Jorge Ibor , más conocido popularmente como el «Tío Jorge». También nació en La Puebla de Híjar, Carmen Gracia Tesán
, cantante de ópera que recorrió en triunfo los principales escenarios del mundo.
La villa pertenece a la Ruta del Tambor y celebra sus fiestas patronales el 16 de agosto, en honor de San Roque, aunque también cuenta con el patronazgo de los santos Fabián y Sebastián.
• Arqueol.: El término de La Puebla de Híjar posee varios y muy interesantes yacimientos arqueológicos, que denotan una ocupación continuada al menos desde los inicios de la Edad del Bronce . A esta primera etapa corresponde el poblado del Cabezo Redondo, de forma cónica, con asentamiento concentrado en las laderas. El material arqueológico está formado por útiles de sílex (hojas de hoz, puntas, etc.) y cerámicas a mano.
El Cerro Gordo es un poblado ya de la etapa posterior, el Bronce Final-I Edad de Hierro , asentado sobre un cabezo de fuertes pendientes, muy alejado del cauce del río Aguas Vivas
. El conjunto material está formado por numerosos fragmentos de cerámica elaborada a mano, con decoraciones impresas e incisas.
La época ibérica está representada por el importante yacimiento de El Castillejo de la Romana
, y la fase romana
por los denominados Paso de la Guardia y Campo Palacio. El primero de éstos es un pequeño asentamiento que puede fecharse entre el año 50 antes de nuestra era y el siglo II d.C., mientras que el segundo corresponde a una villa romana
ligeramente posterior, en la que aparecieron varios fragmentos de un mosaico
policromo.
• Bibliog.:
Diz, E.: «El yacimiento de la Edad del Bronce del Cabezo Redondo (La Puebla de Híjar)»; Boletín del Centro de Estudios Bajoaragoneses, 1, Zaragoza, 1981, pp. 7-28.
• Ling.: En esta localidad se habla hoy en día castellano , pero entre las capas de mayor edad todavía se emplean vocablos y expresiones que son claramente aragoneses, por lo que pueden considerarse como formas residuales del aragonés
, que muy posiblemente se habló allí en otras épocas. En el vocabulario de labores agrícolas y ganaderas es donde mejor podemos rastrear los restos de fonética aragonesa; así por ejemplo: falz (hoz), farnaca (lebrato), chito (brote), chilar (chillar), chulla (chuleta de jamón), zapo (sapo), gayata (cayado), replegar (recoger), plantaina (llantén), cocote (cogote), batajo (badajo), remugar (rumiar), tieda (tea), coda (cola), medolla (miga de pan), ansa (asa), pansa (pasa) jada (azada), pajentar (pacer), dalla (guadaña), rallo (botijo), etc.
En la morfología destacan el empleo de nusotros, -as, busotros, -as para las formas del pronombre personal de primera y segunda persona del plural; en el verbo, la conservación de la -b- intervocálica de la desinencia del pretérito imperfecto de indicativo de las conjugaciones -er, -ir, aunque no en todos los verbos, sólo en algunos: traiban (traían), saliban (salían), que pueden considerarse como verdaderas formas fósiles.
• Bibliog.:
Monge, F.: «El habla de la Puebla de Híjar»; R.D.T.P., VII, 1951, pp. 187-241.
© DiCom Medios SL. C/ Hernán Cortés 37, 50005 Zaragoza
Inscrita en el Registro Mercantil de Zaragoza, en inscripción 1ª, Tomo 2563,
Seccion 8, Hoja Z-27296, Folio 130. CIF: B-50849983