Como se puede intuir la característica principal de la Edad de bronce es la introducción de este metal a partir del 1.800 a.C. que revolucionará la industria armamentística, ya que por primera vez se fabrica una espada, por ejemplo. Perdura en gran medida la tradición del Eneolítico ya que la influencia del Bronce llega muy lenta y tardíamente.
Una manifestación cultural de la edad de los metales es la de los campos de urnas. Se denomina así a los cementerios formados por urnas depositadas en el suelo, dentro de una pequeña fosa que, a veces, se recubre de tierra. Dentro de la urna se depositan las cenizas del difunto junto con su ajuar. Este tipo de ritual funerario caracteriza a los indoeuropeos procedentes de Europa Central que penetran en la Península Ibérica en torno al año 1000 a.C.
Con estos movimientos migratorios, seguramente motivados por importantes cambios climáticos se inicia la Edad del Hierro, que en Aragón llegan hacia el 800 a.C., coincidiendo con el inicio del impacto colonial procedente del Mediterráneo Oriental en la Península, y finaliza entre los siglos VI-V a.C. cuando surge la Cultura Ibérica como consecuencia de las influencias mencionadas, que será introductora de la escritura.
Con las migraciones se asientan unos nuevos principios culturales, tales como el citado enterramiento en urnas, o los poblados de casas de planta rectangular alargada, fíbulas y broches de cinturón y cerámicas peculiares. Las cerámicas excisas, decoradas recortando y extrayendo el barro antes de la cocción formando temas geométricos son propias de la Edad del Hierro.
Se desarrolla la industria textil de la lana y el lino como indican pesas de telar semilunares encontradas en el Cabezo de Monleón con dos orificios. Los hallazgos metálicos son de bronce; la introducción del hierro tardó mucho en ser conocida en Aragón, donde continuó utilizándose el bronce fundido para fabricar hachas, puntas de flecha, escoplos, varillas, adornos, hebillas de cinturón, fíbulas y espadas. El hierro se introduce con la cultura ibérica.
La casa tiene una planta rectangular alargada, con cubierta plana inclinada hacia la fachada y el interior dividido en dos o excepcionalmente en tres espacios, y como elementos principales el hogar, más o menos central, un banco lateral por dos o tres de los lados de la habitación, con múltiples usos, y, normalmente, una despensa al fondo de la vivienda; en algunas casas hay pequeños departamentos y, a veces, hornos. Los muros son de piedra y de adobe.
El esquema de los poblados es primero de agrupación de las viviendas sin orden determinado y luego el llamado "de calle central", a la que se abrían las puertas mientras el fondo, en muchas ocasiones, sirve de muro de cierre del poblado, como vemos en el cabezo de Monleón, cercano a Caspe.
Su actividad económica principal fue la de pastores agricultores, dedicados con preferencia al ganado vacuno, pero también al de ovejas y cabras que predominaba entre los indígenas. Se dedicaban al cultivo de trigo y la cebada, de la que obtenían una especie de cerveza; legumbres y frutales. En los yacimientos se han hallado además otros frutos como bellotas, castañas y piñones.
La estela de Luna
La estela está datada en el S. VIII a.C. y fue hallada en la Tiñica del Royo, término de Luna en las Cinco Villas. Es una estela funeraria conmemorativa con decoración grabada en una de sus caras y que representa, entre otros motivos, un escudo con escotadura en V y lo que parece ser un instrumento musical. Es un ejemplar único para Aragón, aunque se conocen bien en otras áreas peninsulares.
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