Comienza con el fin de la tercera guerra carlista , al retirarse a Cataluña las tropas de Carlos VII que operaban en el Maestrazgo, y termina con la terrible epidemia de cólera que causó gran mortandad en la ciudad de Zaragoza durante el verano de 1885. Durante este período el monarca visitó varias veces Aragón: en 1875, en 1878 y en 1883 por motivos militares; en octubre de 1882 para inaugurar las obras del ferrocarril de Canfranc
.
A pesar de que se vivieron ciertos progresos en el terreno económico, durante este reinado Aragón no se incorporó a la nueva sociedad industrial. En el campo de la agricultura cabe destacar la gran difusión del viñedo en los somontanos zaragozanos favorecida por la epidemia de filoxera que sufrió Francia. Pero las notas más características de la agricultura fueron las grandes sequías, el absentismo y la emigración, esto último, sobre todo, en extensas comarcas de Huesca y Teruel.
Se continuaron tendiendo, aunque en menor medida que en años anteriores, vías férreas. Así, se prosiguió en la construcción de la línea Zaragoza-Barcelona por Tarragona, iniciada en 1874; se inauguraron las obras del ferrocarril a Canfranc y se tendió, en 1880, la línea entre Selgua y Barbastro.
En cuanto a la actividad industrial, la fabricación textil no había sido capaz de superar la crisis en que entró después de la guerra de la Independencia. La industria harinera , la más importante y localizada en Zaragoza, continuaba estancada por los privilegios que la catalana gozaba respecto a las tarifas ferroviarias. No obstante, comienzan a abrirse establecimientos fabriles, especialmente de maquinaria, como el de Averly
o la fundición de Martín Rodón; fábricas de material agrario, como Iranzo Rodríguez y Cía.; e industrias de espejos (La Veneciana
), de sombreros o de camas de hierro. Estos primeros conatos de industrialización debieron de levantar esperanzas en la sociedad zaragozana como para organizar la Exposición Aragonesa de 1885-1886
celebrada en la ciudad del Ebro.
Los políticos liberal-conservadores dominaron las elecciones. No obstante, en las de 1881, Aragón eligió a tres representantes demócratas Zaragoza, Huesca y Alcañiz; y en las de 1884, dos republicanos Huesca y Zaragoza. Cabe destacar que en 1883 el republicanismo español se dio cita en Zaragoza: el 10 de junio se reúne la Asamblea Federal Española para, principalmente, discutir una «Constitución de la República Democrática Federal Española».
En estos años, como en el resto de España, aparece fuerte y se afianza la que podemos llamar «prensa institucional». En Zaragoza, La Derecha (1881) y La Alianza Aragonesa
(1882). En Huesca, el Diario de Huesca
(1875), El Norte de Aragón (1882) y La Crónica (1885). En Teruel, la Revista del Turia (1881) y La Crónica (1882). Más publicaciones periódicas aparecieron en otras ciudades por esos años: es el caso de El Pirineo Aragonés
(Jaca, 1882).
Escasa actividad tuvo el movimiento obrero . En el primer congreso de la F.T.R.E., de tendencia anarquista, celebrado durante 1882 en Sevilla, hubo tres federaciones aragonesas representadas Zaragoza, Calatayud y Alagón que comprendían 688 afiliados. Según Morato, desde 1881 existía una agrupación socialista, aunque, presumiblemente, de poca importancia.
En el aspecto cultural, destaca la inauguración del Ateneo de Zaragoza (mayo de 1878); la aparición, en la misma ciudad, de la primera Revista de Aragón
(octubre de 1878); y la concesión del gobierno a Zaragoza de una granja modelo solicitada anteriormente por la Diputación provincial. La década de los ochenta fue el inicio de una importante expansión pedagógica en la escuela primaria, la universitaria y, más adelante, de la enseñanza técnica.
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