(Preh. y Arqueol.) Término de origen incierto (bretón ?). Arqueológicamente es un monumento megalítico destinado a uso funerario, de inhumación colectiva. Está constituido por varias losas, hincadas verticalmente (ortostatos), que sostienen una o varias losas de cubierta; todo el conjunto está cubierto por un túmulo de piedras o tierra o ambas cosas (elemento ritual y, a la vez, necesario para la construcción del monumento).
Con el nombre genérico de dolmen se designa una gran variedad tipológica de sepulcros megalíticos de inhumación colectiva; los tipos primarios, a los que se pueden reducir todos los demás, son: a) dolmen simple: de planta rectangular o cuadrada, sin pasillo y con túmulo circular; b) sepulcro de corredor: con cámara de distintas plantas, pasillo o corredor de acceso más estrecho y, generalmente, más bajo que la cámara, y túmulo circular; c) galería cubierta: de planta rectangular y sin distinción entre cámara y corredor, por ser igual la altura y anchura de ambos; su túmulo es ovalado. Las variantes locales de estos tres tipos son numerosísimas.
Los primeros dólmenes aragoneses conocidos fueron los de Biescas (H.), descubiertos por Herraiz en 1933; se suceden luego los trabajos de varios investigadores: de M. Almagro
, en 1934, en Biescas y el valle de Guarrinza
, en los años 50, de A. Beltrán
, en Guarrinza y otros valles pirenaicos, y, últimamente, de T. Andrés y V. Baldellou. El número de los dólmenes aragoneses conocidos aumenta sin cesar.
Se concentran los dólmenes aragoneses en los altos valles pirenaicos, sobre todo (y a salvo de posteriores descubrimientos) en la mitad occidental de la provincia de Huesca, siendo también importante el núcleo de la sierra de Guara . Las altitudes absolutas de estos sepulcros megalíticos oscilan entre los 1.040 m. de la Cabañeta del Fornó (Cornudella
, Arén) y los 1.810 de Las Foyas
del Puerto del Palo (valle de Guarrinza), sobrepasando todos con amplitud la cota de los 700 m., que marca en la cuenca media del Ebro una clara divisoria en los tamaños de los sepulcros megalíticos, por encima de la cual ninguno tiene más de 9 metros cúbicos de capacidad (salvo un dolmen navarro).
Los dólmenes aragoneses son de pequeño tamaño y de planta rectangular (se les ha llamado impropiamente cistas ); muchos tienen en la entrada una losa más pequeña que el resto de los ortostatos y que sirve para obstruir parcialmente el acceso. Los materiales encontrados en ellos son poco «típicos», por mal definidos cronológicamente y muy escasos (láminas simples de sílex); otros son claramente eneolíticos (puntas de flecha foliáceas de sílex); otros parecen indicar una probable reutilización de los monumentos en la Edad del Bronce (algunas cerámicas de Camón de las Fitas
y Cornudella).
Aunque la mayoría de los materiales pertenezcan al Eneolítico , no puede descartarse que los megalitos aragoneses se construyeran en etapas anteriores, como sus paralelos del Pirineo Occidental y estribaciones. En dólmenes alaveses y navarros se documenta la cronología neolítica del primer momento de utilización de estos sepulcros, y también la paralela cronología de los dólmenes «de montaña» y los «de llano», independiente de su tamaño, que respondería más bien a necesidades de adaptación a diferente medio fisiográfico y no a distinto momento de su construcción. Por su situación, los dólmenes aragoneses corresponderían a comunidades de economía predominantemente pastoril.
Dolmen de Santa Elena. Biescas (Hu...
Dolmen de Aguas Tuertas. Ansó (Hue...
Dolmen: El Tancat de s'alt. Cornud...
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