Esta entidad fue fundada en 1845 por Juan Bruil con un capital nominal de cinco millones de reales vellón, repartido en dos mil quinientas acciones de doscientos reales, mil de quinientos y otras mil de cuatro mil reales, aumentándose posteriormente hasta llegar a los once millones. Su objeto social era el descuento de letras, pagarés y efectos negociables cuyos plazos no excedieran de ciento veinte días; realizar operaciones de giro sobre el reino o el extranjero; anticipos o préstamos sobre hipotecas de géneros, frutos o efectos y fincas urbanas o rústicas; efectuar adelantos con garantía de metales, títulos y documentos del Estado; admitir depósitos voluntarios o judiciales en dinero, alhajas o barras de oro o plata, pudiendo abrir también cuentas a las que se abonaba un interés del 6 %. Junto a estas operaciones, los estatutos habían establecido una caja de ahorros que abonaba el cuatro por ciento de interés. Como señala Gabriel Tortella, la Caja, que logró superar la grave crisis económica de 1848, continuaría ofreciendo crédito a corto plazo y realizando descuento de efectos, para acabar transformándose en banco de emisión tras la ley de 28-I-1856, en que se convierte en Banco de Zaragoza, precedente del que luego sería Banco de Crédito de Zaragoza
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• Bibliog.: Tortella Casares, Gabriel: Los orígenes del capitalismo en España. Biescas Ferrer, José Antonio: Cuadernos de Historia Económica de Cataluña; diciembre, 1976.
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