A la cabeza de la organización se encuentra el califa , que primeramente residió en Damasco, luego en Bagdad, y finalmente se declaró independiente en Córdoba, con Abd al-Rahman III
. Con motivo del surgimiento de los reinos de taifas
, se produjo una reducción del complicado sistema administrativo en la España musulmana. Entre los musulmanes el califa se considera que tiene el poder por delegación de Dios, lo que condiciona una centralización administrativa. Existían fundamentalmente tres servicios principales en la administración civil: la casa califal y los monopolios reales, la cancillería y las finanzas públicas. Al frente estaba el hagib (chambelán) y por debajo de él los visires
(wazir). A partir de aquí la especialización fue múltiple y los cargos con funciones muy diversas, que en parte pasaron a la España cristiana: el sahib assikka (encargado de la casa de la moneda), kadí al-gama (juez superior de Córdoba), o los kadís
(jueces) en todo el resto; el sahib as-salat (encargado de los testamentos, bienes de manos muertas, divorcios, pronunciamientos de interdicción, particiones, sucesiones y administración de los bienes de huérfanos); el sahib as-suk (encargado de la inspección de los mercados), que pasó a denominarse entre los cristianos aragoneses «zabazoque
»; el muhtasib (semejante al anterior), que en el Aragón cristiano se llamó «mustasaf»; el ashab assurta («zabazorta»
o gobernador de la ciudad); el sahib al-madina («zabalmedina»
o jefe de policía). El territorio musulmán, hasta aproximadamente el año 1000, se dividió en kuras
(provincias) y tugur (distritos fronterizos), que eran gobernados por un walí (gobernador
). Zaragoza fue una de las capitales de la zona fronteriza, llamada Frontera o Marca Superior
. Los impuestos son los establecidos en el Corán
, aunque con frecuencia se cobraron otros ilegales.
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