Los intentos de crear un partido de defensa de los intereses de la iglesia , de una organización con clara ideología reformista demócrata cristiana
, cuajaron algo tardíamente en España, a la altura de 1922. El tema ha sido estudiado por Óscar Alzaga en su publicación La primera democracia cristiana en España (1973). El núcleo católico-social zaragozano (Acción Social Católica
) iba a actuar como aglutinante y coordinador de la nueva organización: a Inocencio Jiménez
, Salvador Minguijón
y Severino Aznar
se iban a unir otros zaragozanos, entre ellos profesores como J. Moneva y Puyol
, catedrático de Derecho Canónico; M. Sancho Izquierdo
de Derecho Natural; L. Jordana de Pozas
de Derecho Administrativo; M. Lasala de Derecho Internacional; N. S. de Otto
, de Derecho Civil, y Álvarez Ude
de Ciencias; médicos como Ricardo Horno
, Pedro Galán
y P. Savirón
; abogados como F. Rivas, M. Baselga y Jordán
, José Larraz
, J. Ibáñez Martín
y J. M.ª Albareda
. Todos ellos bajo la dirección del diputado maurista
y director de El Noticiero
, Genaro Poza
. El escrito de convocatoria encontró amplio eco en la opinión católica en diciembre de 1922, mes en que tenía lugar la constitución del nuevo Partido Social Popular. En él se integraban hombres procedentes del tradicionalismo más evolucionado como un Minguijón, sindicalistas cristianos, miembros de la ACN de P
y militantes del maurismo como el mismo Poza o Ángel Ossorio
.
El P.S.P. se trató de configurar como un partido moderno, con pretensión de serlo de masas, que explicitara claramente su línea en un programa político, para que por tanto no hubiera lugar a jefaturas personalistas. En él se abogaba por las conocidas reivindicaciones defensa de los intereses y doctrina de la Iglesia, inspirándose en ella; en materia electoral, lucha contra el caciquismo mediante la representación proporcional, el voto secreto, el voto femenino y el voto corporativo; en materia social, reconocimiento del derecho de subsidiaridad y apoyo a una política de «gradual aumento de la intervención obrera en el gobierno de la producción con miras a la abolición del asalariado y a que el sistema capitalista sea sucedido por el cooperativo». El partido apenas tuvo posibilidades de actuar políticamente. En septiembre de 1923 se instauraba la Dictadura
, que en un primer momento no fue mal vista por muchos de los integrantes del P.S.P. Para resolver la actitud que debía adoptar el partido se reunieron sus dirigentes en Calatayud
, desde donde dirigieron un manifiesto a Primo de Rivera en el que reseñaban diez reformas urgentes a realizar en la línea señalada, a cambio de la colaboración con el Directorio militar. Al final se hizo inevitable una asamblea del P.S.P. celebrada el 19 de diciembre, donde se llegó a la escisión del partido en dos tendencias: colaboracionistas (entre ellos S. Aznar, I. Jiménez, S. Minguijón, M. Sancho Izquierdo, J. Larraz, L. Jordana...) y la opuesta, que se pronunciaba por la táctica de «ni colaboración ni estorbo» propugnada por Ossorio y apoyada entre otros por Moneva y Puyol, Álvarez Ude y Genaro Poza. Estos últimos, en minoría, decidieron abandonar el partido. Mientras aquéllos pasaron a apoyar las actividades del Directorio (Estatuto Municipal, Uniones patrióticas...), los segundos abandonaron la política propiamente dicha, y bajo la dirección de Á. Ossorio crearon una Sociedad de Estudios Políticos, Sociales y Económicos.
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