La década de los 70 se iniciaba en Aragón con un movimiento político que venía a irrumpir en las quietas aguas de las décadas anteriores: el movimiento universitario, que alcanzó en Zaragoza una fuerte proyección y que en los años 1969 y 1970 llegó a la máxima expresión. Entre las múltiples reivindicaciones universitarias comenzaba a aparecer algún «Viva Aragón libre».
Fue a fines de 1970 cuando Zaragoza demostraba la profundidad de lo que sólo parecía -según versión oficial- agitación estudiantil. Obreros y profesionales comienzan a mostrar su descontento. Los partidos políticos que apenas afloran de la clandestinidad muestran su solidaridad con las reivindicaciones «nacionales» de Cataluña y Euskadi, y lo mismo sucede con los sindicatos: El 1.º de Mayo de 1972 aparece el Manifiesto para Aragón del PCE , que viene a captar las reivindicaciones de un naciente autonomismo aragonés que no limita sus objetivos a una autonomía política y a los aspectos tradicionales folclóricos, sino que llega más allá, a una «descentralización económica», a la lucha contra el trasvase, a un mejor reparto de la tierra. Poco a poco se va configurando un autonomismo aragonés de rasgos propios, que vienen a enlazar con las reivindicaciones del Frente Popular en Caspe (1936)
y con el Consejo de Aragón
de la guerra civil, a la par que con el costismo
. Un espíritu que encuentra su mejor portavoz en Andalán
.
En tanto otros grupos pretenden un regionalismo distinto y desvinculado del pasado (Decreto de creación del Ministerio de Planificación del Desarrollo de 16-XI-1973), un hecho es decisivo: la publicación, en enero de 1974, del Anteproyecto de Trasvase del Ebro-Pirineo Oriental. Alrededor de este tema toma conciencia lo que sería en adelante el regionalismo de derechas, y el autonomismo, casi en exclusiva programa de la izquierda. El principal líder de este momento es Gómez de las Roces , quien, en sus planteamientos de regionalismo compatible con el Estado unitario, rechaza el federalismo y propugna una Mancomunidad de Obras y Servicios Interprovinciales, tal como recogen los Principios de la Comunidad General de Aragón.
Frente a este esquema, va surgiendo un autonomismo de izquierdas que comienza a cristalizar en una larga serie de aportaciones, desde las canciones de Labordeta o la Bullonera
pronto reforzados por Pilar Garzón, Ana Martín, Bosque y Carbonell
, a las Semanas Aragonesas del Centro Pignatelli
. Paulatinamente se va llenando de contenido el autonomismo aragonés, desarrollado a través de no pocos problemas concretos: regadíos
, lucha antinuclear, reivindicaciones del Canfranc, solidaridad con Mequinenza, y siempre el trasvase y la preocupación por la emigración
. Este autonomismo sabe eludir los enfrentamientos territoriales y buscar la solidaridad con los movimientos reivindicativos catalanes, de lo que es sin par exponente la semana conjunta organizada por aragoneses y catalanes sobre el Trasvase, y el número monográfico de CAU (revista del Colegio de Aparejadores de Cataluña).
Aparecen una serie de movimientos que cristalizan en la Federación Aragonesa de Colegios Profesionales; en la lucha dentro de estos Colegios por el enfoque demócrata y autonómico que aparece en el I Congreso de Estudios Aragoneses (1976); en la creación de Deiba y Deibate en el Bajo Aragón; en la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón
, que consigue movilizar a sectores poco activos, pero evidentemente propensos a las reivindicaciones, que van dando contenido al autonomismo aragonés.
En junio de 1975 una heterogénea multitud, de diversas orientaciones políticas, emprende una expedición a Canfranc para reivindicar la apertura del malogrado ferrocarril. En esta ocasión se encuentran, pues, los autonomismos reivindicativos de todo signo. Uno ha de ir cristalizando día a día en una continuada escalada de actos populares por toda la geografía aragonesa, a base de mesas redondas y sobre todo, recitales. El otro, que por entonces encabeza Gómez de las Roces al frente de la Diputación de Zaragoza, sentando las bases de la Mancomunidad, con la llamada «Comunidad General de Aragón
».
Al constituirse la Junta Democrática de Aragón , a fines del verano de 1975, la autonomía figura como reivindicación de su programa. De esta Junta surgiría meses después, y como resultado de la coincidencia de pareceres de una serie de socialistas «independientes» integrados en la Alianza Socialista Aragonesa
, el Partido Socialista de Aragón
, que, por reunir un importante núcleo intelectual y profesional, habría de tener una participación apreciable en el contenido reivindicativo del autonomismo. Constituida Coordinación Democrática
a fines del invierno de 1976, en ella viene a ser denominador común la autonomía
junto con la consecución de las libertades democráticas
.
En mayo del mismo año se quiso conmemorar en Caspe el 40 aniversario del Estatuto de 1936. La entidad organizadora, el Seminario de Estudios Aragoneses, con la ayuda de los decanos de los Colegios de Abogados (Sainz de Varanda ), Arquitectos (Lagunas
) y Médicos (Lorén
) vencieron numerosas dificultades y negociaron una fórmula (omitir en la propaganda del acto la mención a la conmemoración del Estatuto republicano) que permitió su celebración; ésta, casualmente, tendría lugar el 4 de julio, a 40 años justos de la publicación del Estatuto. Ese acto unitario, en el que intervinieron Lorén, Barón (CC.OO.), Cazcarra
(PCE), Gastón
(PSA), Lacasta (MC), Lagunas, Moliné (UAGA), Muro (PSDE), Sainz de Varanda y Sánchez Romeo (P. Carlista), celebrado en el cine Lucero, abarrotado y con gran multitud en sus proximidades, vino a ser la apoteosis del autonomismo, su bautismo de masas (entre ocho y diez mil personas) y la consagración de la bandera cuatribarrada
. El acto político fue completado por un recital de los principales cantautores.
Poco después surgiría un serio enfrentamiento entre las dos versiones regionalistas, con motivo de la pretendida puesta en marcha del Plan Director Territorial de Aragón, cuya paralización, pese a haberse publicado el R.D. de 18-VI-1976 (BOE del 9 de agosto), demostró la fuerza de que gozaba el autonomismo. A partir del otoño de 1976, se van preparando las fuerzas para las próximas confrontaciones electorales: el referéndum de diciembre y las elecciones a Cortes Generales. No obstante, se producen hechos importantes: la declaración regionalista de la Comunidad General de Aragón (Jornadas de Sos, 25 a 27-XI-1976) y la redacción, en el Colegio de Abogados, de un Anteproyecto de Estatuto.
Para las elecciones legislativas, comparecen en Aragón todas las fuerzas políticas del Estado (legales o no) en candidaturas separadas para el Congreso; los ilegales, en agrupaciones electorales. Como partidos regionales, el PSA, la Democracia Cristiana Aragonesa
de Lacruz Berdejo
, y el PSDA
de Lasuén, integrado en UCD
. Un hecho importante se produce: en los últimos minutos anteriores al cierre de presentación de candidaturas se presenta UCD por Zaragoza encabezada por J. A. Bolea
. Gómez de las Roces se presenta con una Candidatura Aragonesa Independiente de Centro
. Todas las candidaturas de izquierda, en mayor o menor medida, proclaman su autonomismo. El MC
, el Partido Carlista
y el abogado independiente Camo, forman el Frente Autonómico Aragonés
. La candidatura de Gómez de las Roces proclama su regionalismo, que procura distinguir de autonomismo y de federalismo, al propugnar el Estado unitario. PCE, PSA, y PSOE formarían alternativas autonomistas, coincidentes en lo esencial. En Zaragoza, la candidatura unitaria para el Senado llamada Candidatura Aragonesa de Unidad Democrática
, integrada por García Mateo, Martín-Retortillo
y Sainz de Varanda
, y fruto de un pacto entre nueve partidos de izquierda, destacó en su programa el pacto constituyente y el compromiso autonómico.
Las elecciones de 15-VI-1977 dieron el triunfo a UCD y PSOE, con dos representantes de la candidatura de Gómez de las Roces, uno del PSA, y en el Senado de Zaragoza, los tres de la CAUD. Convocada la Asamblea de Parlamentarios para el 10-VII en Teruel, se acordó iniciar el proceso autonómico. El 30-VIII se celebró en Alcañiz una Asamblea de Parlamentarios aragoneses y catalanes, de la que saldría un convenio de resolver por vía amistosa los problemas entre ambas Comunidades. En la Asamblea de Teruel se eligió un comité permanente, y en la de Huesca (31-VII) se designó presidente a Lasuén y secretario a Gaspar (PSOE). En la celebrada en Zaragoza (10-X) Lasuén hizo votar un acuerdo según el cual su objetivo primordial era conseguir un régimen de preautonomía.
Desde entonces se planteó la necesidad de redactar un Estatuto Provisional, lo que se llevó a cabo en Albarracín, tras una sesión en Madrid frustrada por la oposición de los tres senadores de la CAUD (26-X). En Albarracín se aprobó un proyecto, discretamente avanzado, que institucionalizaba la Asamblea de Parlamentarios y llamaba a ésta a otras fuerzas políticas. Seguidamente, se iniciaron las negociaciones con el ministro para las Regiones, por el comité permanente. Desde su origen se vio que no había otro órgano que la Diputación General de Aragón y que la única vía era la preautonomía. Los socialistas imponen el carácter colegiado del ente preautonómico y un sistema conciliar sin presidencialismo alguno.
Desde diciembre, en que se concluyeron las negociaciones, quedó paralizado el proceso hasta enero, en que una asamblea celebrada en Fraga (I-1978) aprobó el proyecto, con la radical oposición de los grupos minoritarios. Una nueva paralización se produjo hasta entrado marzo, en que los socialistas anunciaban una interpelación; se aprobó el R.D.-Ley 8/78 de 18 de marzo, que creaba la Diputación General de Aragón.
En medio de un gran fervor autonomista se constituyó la DGA en Calatayud, el 3 de abril. Los partidos de izquierda y UCD convocaron una gran movilización autonómica, apoyada por la DGA en su primera sesión. También en ésta se proclamó bandera de Aragón la de las cuatro barras, aceptando el resultado casi unánime de la información pública convocada por el comité de la Asamblea de Parlamentarios mucho antes. El órgano preautonómico aparecía como catalizador del fervor autonomista popular. Así apareció en las masivas manifestaciones de Huesca (22-IV), Teruel y Zaragoza (23-IV); sobre todo en ésta un inmenso gentío que podía superar las 150.000 personas, con un bosque de banderas cuatribarradas, subrayó el anhelo autonómico de Aragón.
Sin embargo, la comisión jurídica propuesta en la asamblea de Calatayud por Sainz de Varanda no recibió el encargo de redactar un Estatuto . Tras las elecciones del 1-III-1979, el Plan Territorial quedó archivado y la asunción de competencias se hizo lenta y con problemas, por estar en ocasiones mal dotadas de personal y medios económicos. La iniciación del proceso autonómico fue considerada cuando el Ayuntamiento de Zaragoza presionó: el 1 de septiembre el Consejo de la DGA publicó un acuerdo solicitando la iniciativa de los municipios. Sin embargo, 180 alcaldes de UCD de Teruel se reunieron en Montalbán y acordaron no iniciar el proceso autonómico hasta tanto no se garantizara que la Asamblea Regional del futuro Estatuto aseguraría igual representación a todas las provincias. Los ayuntamientos socialistas e independientes de Teruel adoptaron los acuerdos de iniciativa del proceso autonómico, igualmente un alto porcentaje de ayuntamientos de Huesca y Zaragoza; pero un mes antes de concluir el plazo de seis meses previsto por la Constitución todavía no estaban dados los pasos precisos.
En noviembre de 1979 se celebró en Caspe una Asamblea de Ayuntamientos, a la que asistieron unos 500 alcaldes y concejales de izquierda e independientes, que se pronunció por la vía autonómica del art. 151 de la Constitución, la reivindicación de los recursos aragoneses y un poder regional efectivo. Al finalizar el año 1979 se constituyó una Mesa de Partidos para redactar las bases de un Estatuto, lo que no prosperó dada la postura de los 180 de Montalbán. La izquierda, partidaria de un sistema proporcional, no acepta esa posición, a la que acusa de pretender establecer un monopolio perpetuo sobre Aragón, dada la gran diferencia de población entre Zaragoza y las otras dos provincias.
Cuando ese tema parecía frenar casi en exclusiva el proceso autonómico, el acuerdo de UCD, publicado el 13-I-1980 apoyando en exclusiva la autonomía reducida del art. 143, de la Constitución, seguido por UCD en Aragón, abrió una crisis. La publicación de la Ley 2/80 sobre diversas modalidades de referéndum, y el acuerdo de UCD, vienen a reconducir la situación del proceso autonómico.
• Bibliog.:
Cazcarra, Vicente: Aragón: el regionalismo de los comunistas; Guara Editorial, Zaragoza.
Fernández Clemente, Eloy: Socialismo Aragonés (El PSA y sus gentes); Guara Editorial, Zaragoza, 1977.
«Raíces del autonomismo aragonés», en el extra V, abril de 1978, de Historia 16, pp. 141-149.
Gaviria, M. y otros: El Bajo Aragón expoliado; D.E.I.B.A., Zaragoza, 1976.
Comunidad General de Aragón: «Primeras Jornadas de la Comunidad General de Aragón. 1974»; en Cuadernos de Aragón, núm. 7, 1975, Institución «Fernando el Católico».
Gómez de las Roces, Hipólito: Hablando por Aragón; Guara Editorial, Zaragoza, 1977.
Partido del Trabajo de España: Anteproyecto de Estatutos de Autonomía para Aragón; Zaragoza, octubre, 1977.
Partido Socialista de Aragón: «Programa electoral de Unidad Socialista»; en núm. I de Cuadernos de Aragón Socialista, Zaragoza, 1977.
Partido Socialista Obrero Español: Alternativas socialistas para Aragón; Guara Editorial, Zaragoza, 1977.
Royo Villanova, Carlos: El Regionalismo Aragonés; Guara Editorial.
Sainz de Varanda, Ramón: «Constitución y regiones»; en núm. 128 de Andalán, 26-VIII/2-IX de 1977.
Seminario de Estudios Aragoneses: Este problema llamado Aragón; Libros Pórtico, Zaragoza, 1976.
Categorías y Subcategorías a las que pertenece la voz:
© DiCom Medios SL. C/ Hernán Cortés 37, Zaragoza · 976700010