Término con que se denomina el modelo económico que se intenta consolidar en España tras la guerra civil (1936-39), y a lo largo de un período de veinte años que termina con el Plan de Estabilización de 1959. A través de la producción nacional se pretende lograr la autosuficiencia económica frente al exterior, pretensión que debió finalmente abandonarse por resultar inviable.

La población aragonesa, que en 1940 ascendia a 1.058.806 personas, debió soportar en estos años las consecuencias de la trágica fractura que en el desarrollo de la sociedad española supuso la guerra civil, fractura manifiesta en la evolución de la actividad económica, que tardó más de una década en recuperar los niveles de renta de la preguerra. Los años 40 son años de racionamiento, de represión y de vuelta al campo como medio de subsistir ante la amenaza del hambre que se cernía sobre todo tras las malas cosechas.

En Aragón, los años 40 y 50 suponen una continuidad en sus bases económicas tradicionales, proceso que es condicionado por las circunstancias del intento autárquico. Así, se aprovechan al máximo los recursos energéticos, por lo que se incrementa la producción de lignito tanto en la cuenca turolense de Utrillas como en la zaragozana de Mequinenza -Fayón , que pasa de las 40.000 Tm. en los años de la República , a una media de 150.000 a lo largo de la década de los 40.

Otro sector económico que experimenta un alza notable durante los años de la guerra y de la postguerra es el textil. Las factorías de la provincia de Zaragoza abastecieron en gran escala la intendencia militar «nacional», sustituyendo la capacidad textil catalana controlada por la República. Tras la guerra es necesario volver a competir con la industria catalana, pese a lo cual se crea el Consorcio Agrícola Industrial Textil Aragonés , S. A. (CAITASA), especializado en el proceso textil del lino , y que en 1946 cuenta en Aragón con factorías en Casetas , Tarazona y Zaragoza , constituyéndose al poco tiempo en industria cabecera del país.

Son años también de auge del sector del calzado , que se desarrolla en localidades como Brea de Aragón , donde se fabrican, con destino al Ejército, importantes contingentes. Otra industria en alza en estos años es la azucarera , que experimenta una fuerte expansión en la producción en los años 50, pasándose de algo más de 30.000 Tm. anuales de azúcar en los años 40, a una cifra próxima a las 50.000.

Al terminar este período, la población aragonesa era de 1.105.453 hab. —ligeramente superior a la de 1940—, aunque en la periferia aragonesa se había producido un descenso de unos cincuenta mil habitantes, cifra sin embargo sensiblemente inferior a las disminuciones que traerá consigo el fuerte proceso migratorio que acompaña al crecimiento de los años 60.