(Zool.) Roedor forestal de vida básicamente arborícola. El peso de los ejemplares adultos es de unos 280 g.; la longitud de cabeza y cuerpo, de unos 215 mm.; y la longitud de la cola, sin el penacho de pelos terminal, es de unos 180 mm.

En Aragón ocupa los Pirineos y sus estribaciones, así como el Sistema Ibérico . Su vocación forestal hace que falte en la depresión central. En los Pirineos se le ha encontrado desde los bosques de pino negro y hayedoabetales hasta los de pino salgareño, pasando por los de pino albar. También se le encuentra en quejicares y bosques mixtos. En la sierra de Albarracín se le ha observado en pinares de albar y salgareño. Parece que la densidad de ardilla está positivamente correlacionada con la biomasa vegetal arbórea. Sin embargo, la ausencia de sotobosque y de especies vegetales de orla forestal, que pueden ofrecerles un complemento alimentario, hace que falte en algunos biotopos aparentemente favorables.

La ardilla fabrica nidos (de materiales diversos, a veces de árbol soporte), que sitúa en la copa de los árboles y utiliza como refugio y para la reproducción; normalmente son esféricos y de unos 30 cm. de diámetro. No es rara la utilización de nidos de aves, convenientemente arreglados, y de huecos de troncos de viejos árboles, como refugio. Con frecuencia baja al suelo, tanto por razones alimentarias como para beber o desplazarse de un árbol a otro. Es muy frecuente encontrar rastros de ardilla en nieve. La base de su alimentación son las semillas de pino, que consigue trabajando convenientemente las piñas. En otoño e invierno la importancia de las semillas de pino es relativamente menor, ingiriendo frutos diversos, así como hongos. Come invertebrados esporádicamente. De febrero a junio hay hembras gestantes, que pueden tener hasta dos camadas por año, con un promedio de tres pequeños por cada una. Durante el verano y el otoño hay reposo sexual. Sus depredadores habituales son la marta , la garduña y el gato montés allí donde se encuentren.